Bitácora de Viaje - Decimotercera escala : Santillana del Mar

Domingo 7 de agosto - 3:00pm
Se terminó la comida. Dejamos los platos brillosos, sin una miguita. No nos queda más remedio que emprender la siguiente etapa del viaje: bordear el Cantábrico hasta Santillana del Mar (lugar altamente recomendado por Barbarita y Xavi durante el almuerzo de Barcelona).

Es imposible recorrer la ruta sin entrar y salir de pueblos y pueblitos con sus habitantes concentrados en la feria de la plaza, celebrando la fiesta de turno. Más adelante, durante un extenso trayecto montañoso, atravesamos innumerables puentes y túneles. Tan imponente es el mar hacia el norte y la vista desde las alturas de casitas diminutas, que por disfrutar del paisaje casi no saque las fotos que debería. Y bueno, me queda el recuerdo o una búsqueda de imágenes en Google apenas tenga conexión a internet... También disfrutamos, por un tramo, de los Picos de Europa.


(Cliqueá en la montaña y encontrá algunas fotografías del camino)


Domingo 7 de agosto - 8:30pm
Encontramos Santillana del Mar sin dificultad. Arribamos al atardecer, la mejor hora según las palabras de Xavi y nuestra corroboración.



Por supuesto, lo primero que hicimos fue encontrar un lugar para comer y una vez satisfechos, donde pasar la noche. Ya tranquilos recorrimos las callecitas empedradas y medievales, a la luz de los faroles...



...y las indicaciones en letras góticas de los letreros de hierro forjado, a la usanza del medioevo...



A pesar de las recomendaciones, no nos imaginamos un lugar tan mágico, tan de otra época, tan auténtico (y esto nos sorprendió doblando una pequeña esquina) que los animales andan sueltos por las calles...






...hasta que el peón del establo aparece corriendo con la lengua afuera, en su búsqueda. Ahí comprendimos que se trataba solamente de los ponys con que entretienen a los turistas. Linda aventura para terminar el día y como corresponde a este paraíso, nos retiramos a nuestros aposentos.


Lunes 8 de agosto - 7:00am
No puedo seguir durmiendo de la ansiedad. Anoche, en la recepción del hotel, descubrí que en este lugar se encuentran las famosas Cuevas de Altamira. ¡Las Cuevas de Altamira!!!! No pude ver con mis propios ojos los palacios Nazaríes de La Alhambra, pero esas pinturas rupestres y sus 14 mil años de historia, no me lo pierdo por nada. POR NADA!!!!
Mientras todos duermen, bajo a preguntar como llegar a las cuevas. La recepcionista del hotel es muy amable pero me tira con el balde de agua fría sin consideración: "las cuevas han sido cerradas permanentemente al público, lo siento. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y para protejer ese patrimonio, ya no se pueden visitar". ¿Me estará cargando? Para que deje de llorar y no le estropee la alfombra, me consuela: "No se preocupe. Justito al lado de las cuevas, han construído unas réplicas, la Neocueva. Son igualitas, igualitas. Nadie nota la diferencia. Y usted que nisiquiera vió las originales, menos!".
Me voy a caminar por Santillana. Es temprano y los turistas (especialmente mi familia) duermen. Esta mañana sí me siento transportada. Santillana es bellísima!


Lunes 8 de agosto - 9:00am
Todos despiertos. A sacar fotos del hotel...



desayunar...



recorrer la ciudad...


(Esta secuencia de fotos es imperdible!!! Apretá con el mouse la piedra agujereada de la pared y comprobalo con tus propios ojos.)

y visitar el museo de la iglesia, antes de enfilar para las réplicas de las cuevas.



Lunes 8 de agosto - 11:00am
Aquí estamos. Frente al Museo de Altamira...



...dependiente del Ministerio de Cultura...



...y...



#@$%!*&*-@#!!! Plena temporada alta, lugar lleno de turistas y CIERRAN LOS LUNES?????

Agarramos la ruta y no paré de llorar hasta Bilbao.