Descubre tu nuevo YO con la dieta de Patomusa!

Se acerca el verano y, antes que me alcance, decidí tomar medidas drásticas. No puedo seguir sublimando las ganas de ponerme la bikini en público. Y no me refiero a una talle elefante que consigo en el "Just Whale Size". Para nada. Quiero lucir sin vergüenza la que compré quince años atrás y espera en el cajón, todavía con etiqueta de fábrica, la pérdida de ese medio kilo de más que con el tiempo se ha convertido en veinte.







Probé todas las dietas: Estricta. Balanceada. Líquida. De hospital. Sin proteína animal. Con proteínas pero sin grasas. Con grasas pero sin hidratos de carbono. Con carbohidratos pero sin lácteos. Con grasas pero sin proteína, sin líquidos, sin lactosa y sin hidratos de ningún elemento químico de la tabla periódica. Vitaminas sin alimento. Jugo de limón con pimienta. Bananas con cáscara. Porotos germinados. Etc, etc, etc.



Aparentemente no estoy sola. No niego mi egocentrismo, pero dudo que los millones de infomerciales circulando por la TV mundial, hayan sido concebidos para mi exclusividad. Es más, pensándolo bien, conozco solo dos personas que en los últimos 12 años jamás se han quejado de su imágen corporal o variado en peso: mis perros.



¡Cómo no se me ocurrió! Lo que nos mata es la variedad. Queremos tantas opciones para no aburrirnos, que hemos olvidado los principios fundamentales de la alimentación. Iluminada por el descubrimiento, partí como un rayo hacia la despensa, examiné cuidadosamente el envase del Dog Chow y combinando mis extensos conocimientos de química, nutrición, el último capítulo de Cosmos y dactilografía, desarrollé (siguiendo el ejemplo canino) la fórmula de una dieta maravillosa.



Aquí es donde los necesito. La fórmula (que mantendré por el momento oculta) otorga resultados fabulosos ¡Y con menos efectos secundarios que un cóctel de Efedrina!



Voy al grano. PatoMusa Inc. desea lanzar al mercado este producto milagroso, y para agregar credibilidad a la campaña publicitaria, se necesitan TESTIMONIOS de los individuos que han obtenido resultados FANTASTICOS siguiendo el régimen al pie de la letra. Cómo no hay tiempo para eso, los llamo a CONCURSO!!!.



Envíen sus TESTIMONIOS APOCRIFOS a patomusa@gmail.com, los mismos serán publicados en riguroso orden de llegada, ilustrados (pueden incluir sus propias fotos, si así lo desean. O aunque no lo deseen pero teman el poder del Patochop) y puestos a la votación de los comentaristas.



Los autores de los testimonios más populares, se harán acreedores al abastecimiento vitalicio de este alimento, para sí mismo, su familia, y hasta que el último de sus descendientes directos cumpla 150 años.



¡Mucha Suerte! Y no olviden de bautizar la dieta con un nombre adecuado a los resultados obtenidos.




(a continuación, mi testimonio como ejemplo)



Tengo 29 años y hace 28 y medio que perdí la batalla contra el espejo. Probé de todo y corta de conseguir la invisibilidad, concluí que quedarme en casa era la única solución para evitar miradas acusadoras sobre mi inmensa humanidad. Hasta que descubrí la "Dieta Redoblante" de Patomusa Inc. Una dieta que prometía despertar bombos y platillos a mi paso. ¿Demasiado bueno para ser verdad? Sin nada que perder compré mi primer paquete directamente de www.patomusadiets.com por $39.95 más gastos de envío, recibiendo una encomienda discreta, sin marcas ni etiquetas comprometedoras, tal lo prometido. Antes de dormir, tomé la primera cápsula con los 5 litros de agua recomendados y amanecí sentada en el inodoro. De inmediato comprobé el éxito de la dieta! En el transcurso de la noche, las enzimas propagadoras de material genético, en conjunto con Speedol, engendraron una réplica exacta de mi cabeza sobre el hombro izquierdo. En cuestión de horas, pasé de ser el doble de una persona normal a desdoblarme en hermanas siamesas!







Mi vida ha cambiado. Salgo a la calle como dos personas normales, conseguí un trabajo por el que recibo dos sueldos y tengo dos esposos sin ser bígama. Con tanta dicha, los efectos secundarios son mínimos: pérdida de la visión en el ojo izquierdo de la cabeza derecha y viceversa.
Recomiendo efusivamente este producto a todos aquellos que necesiten un cambio urgente de vida. La "Dieta Redoblante" de Patomusa, Inc., garantizada 100%, promete hacer girar más de una cabeza, y lo cumple.
¡Gracias, "Dieta Redoblante" de Patomusa, Inc.!¡Me has hecho doblemente feliz!

Afilen los lápices! Desentumezcan dedos y neuronas!

Paso La Vida Con Sueño

Cuando era chica pensaba que dormir era perder el tiempo. La vida me parecía demasiado corta para andar desperdiciando tan preciadas horas roncando sobre la almohada.
Entonces me levantaba en puntas de pie y enfilaba hacia el patio. A papar moscas, claro, cosa de no despertar al resto de la familia. Demás está decir que ellos no compartía mis ideas avanzadas.







Más adelante, gracias a mi afición a las matemáticas, descubrí que al no dormir llevaba una ventaja sobre los otros humanos: envejecer más rápido, acumulando horas extras "vividas". Demasiado tarde para recuperar lo perdido. A esa altura entre el trabajo de tiempo completo, la facultad de noche y estudiando en la madrugada, pasarían 6 años hasta que consiguiera respirar hondo y entregarme a las historias de Morfeo.



Esa noche dormí las 11 horas que duró el viaje. Me desperté justito cuando el avión aterrizaba en Los Angeles. Allí quedó. Entre el cambio de horario, la emoción y el tratar de aprender un nuevo idioma mirando películas repetidas por HBO (24 horas al día), otros 3 años pasarían sin estrujar sábanas o ablandar colchones.



Después lo de siempre. Entre los embarazos, los chicos y chequear constantemente que Kafka siga respirando, puedo contar con los dedos los minutos de verdadero descanso.



No nos olvidemos de los Kapriloqus. El "secuestro" habrá sido muy amable y todo lo que quieran, pero se las arreglaron para no dejarme pegar un ojo en los últimos dos meses!



Finalmente el lunes dormí. Dormí y soñé. Y recordé el sueño. Estaba en la escuela y los alumnos cantaban "Another Brick In The Wall" vestidos con guardapolvos llenos de graffiti y obcenidades. Una nena gordita de trenzas se acercó lloriqueando. No quería usar el guardapolvo. No le gusta, quiere uno con flores. Le prometo que nadie la va a obligar a usar un guardapolvo feo, yo misma le voy a confeccionar el más colorido de todos. Ella se va y yo me despierto, las dos contentas.



Al día siguiente soñé que estaba en el Pacífico, disfrutando de la playa y del sol. De la salitre y la arena. De las olas y la piña colada que me alcanza ese mozo tan parecido a Brendan Frasier... Estoy por zambullirme al agua a nadar con delfines, cuando siento una palmadita en el hombro. Me doy vuelta y veo a la nena que viene, enojada, a reclamar el guardapolvo!



Así que hoy estoy otra vez acá. Prefiero cabecear todo el día en la oficina y escribir incongruencias en los blogs vecinos, que dejarme perseguir por los personajes de mis propios sueños.



Para soñar los tengo a ustedes, que pasan a visitar y me cuentan.

La Mezcla Mágica de Locura y Falta de Sentido Común

Volví.



El miércoles me encontraron deambulando y murmurando incongruencias, en el centro comercial de Hollywood y Highland.


Por suerte, entre la fauna local y los cientos de turistas que buscan fotografiarse con Elvis o Bob Esponja, pasé desapercibida.


Suerte para los lectores y amigos, que tendrán hoy la exclusividad de esta historia.






¿Se acuerdan de mi aviso clasificado al espacio exterior? Gracias al mismo, conseguí que dos Kapriloqus me compraran 3 sillas mal tapizadas y una calculadora eléctrica Sharp que funciona mejor apagada: al encenderla, el rollo de papel avanza sin cesar imprimiendo puntos decimales y emitiendo un "triqui trac" metálico que se repite hasta el hartazgo.



Demencio y Oratino, los simpáticos habitantes de Kapriloquia, prefirieron pasar a buscar sus adquisiciones por no confiar en la eficacia del servicio postal terraqueo. ¿Quién los culpa? Personalmente he perdido una que otra encomienda jamás llegada a destino...



Se imaginarán que la curiosidad me carcomía y quise preguntarles mil cosas,

- ¿Están organizando un "Museo de Obsoletismo", muchachos?

- ¡Excelente idea! Pero no, nos estamos mudando de oficina nomás.

- Casualmente...

Minutos más tarde, erámos como chanchos. Poco precavida, olvidando la Teoría de la Relatividad y La Isla de Gilligan, accedí a acompañarlos en un paseo de tres horas a Kapriloquia, cuarto planeta de Andrómeda.



En mi corta estadía, aprendí varias cosas de los Kapriloqus Mudantes:


1.- Esperan haber vaciado la oficina vieja para comenzar a buscar una nueva ubicación.


2.- Una vez instalados completamente en el nuevo lugar, deciden cambiar la alfombra. Amontonan los escritorios y otros muebles en el pasillo del edificio, en la hora pico de un día laboral, interrumpiendo el paso a los nuevos vecinos, generando quejas, gritos y amenazas de llamar a la policia local.


3.- Acomodados los muebles por segunda vez, deben correrlos para que sean instaladas las rejas de la ventana. Del lado de adentro, porque sale más económico.


4.- Al día siguiente, deben sacar las rejas para poder instalar los mosquiteros de las ventanas sin necesidad de pagarle extra al "mosquiterero" por usar una escalera.


5.- El "mosquiterero" usa la escalera igual, ya que la ventana es tipo guillotina con el panel superior fijo y desde adentro no se pueden colocar.


6.- Como omitieron coordinar la segunda instalación de la reja, el "rejero" se va de vacaciones. La enorme reja queda apoyada contra la pared hasta próximo aviso.


7.- Las computadoras están conectadas entre sí en networks similares a los que usan los terráqueos, con un server que almacena el software, la información y se encarga de los back-ups diarios. Interesantemente, los Kapriloqus dejan el server en el edificio viejo y las terminales son llevadas al nuevo, cada vez que imprimen un reporte deben transladarse varias cuadras a buscarlo. Por suerte no tienen reportes para imprimir, porque sin acceso a internet tampoco tienen acceso remoto al server.


8.- Eso sí, los sistemas de comunicación son de avanzada. Usan unos teléfonos hermosos: VOIP, que les permite estar conectados desde cualquier punto del universo, siempre y cuando tengan acceso a internet...


9.- Se olvidan que para instalar DSL, necesitan una línea telefónica.


10.- Entonces, mientras esperan "El Día de La Gran Conexión", los Kapriloqus hacen cola esperando su turno para utilizar una PC apoyada en un carrito en el medio de un pasillo oscuro, la única que todavía les permite chequear sus e-mails y utilizar el programa central. Bárbaro, mientras no se les ocurra imprimir algo... ¡Ninguno de los cientos de cables que salen del mentado carrito, llegan propiamente a una impresora!


11.- Por supuesto tienen un Ingeniero en Jefe, Mr. Alien Ado, el que está ocupadísimo moviendo unos aparatos, bastante inservibles, a un depósito en el desierto de Mojave. Distante, sí, pero con unas tarifas buenísimas. (El costo de vida en Andrómeda es exorbitante.)


12.- ¡Y llega el día tan anhelado! Por fín tienen línea de teléfono. El Kapriloqus de SBC trajo el DSL. Enchufan el VOIP y se encienden un montón de lucecitas de colores.


13.- La ilusión de hacer esa primera llamada, se disuelve en el polvo intergaláctico de Misser 32: Mr. Ido, encargado de programar el VOIP, se ha tomado el día libre.


14.- Minutos antes de que mis nuevos amigos me devolvieran a Tierra, el server, con su única base de datos, pasó a mejor vida.


Entiendan que esto es una síntesis. Me marearon tanto mostrándome su estilo de vida y narrando a la velocidad de la luz sus actividades diarias, que sería imposible recordar los detalles. Cuando tienen velas, no tienen fósforos. Si tienen café no tienen tazas. Los baños funcionan, pero no hay papel higiénico...


Imagino que se estarán preguntando: ¿Cómo habrán llegado a tal nivel de desarrollo?

Según Alien Ado, gracias a Demencio por sus decisiones tardías. Según Demencio, gracias a Oratino y sus decisiones equivocadas. Según Oratino, gracias a Alien Ado por su falta de decisión.


Irónico, sí, pero tienen todos razón...