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es mi manera burda de compartir algunas fotos...

jueves, noviembre 25, 2004

Thanksgiving





Había una vez una America de Norte llena de indios y libre de colonizadores. Pero eso cambió en 1620 con la llegada del Mayflower a New England.



Los Pilgrims eran un grupo de puritanos que decidieron separarse de la Iglesia Inglesa, por no estar de acuerdo con el producto de la reforma religiosa. Cansados de ser perseguidos, se tomaron el barco y se mudaron a America para poder estudiar tranquilos la Biblia. Eso más o menos cuenta la historia.



La leyenda dice que el primer invierno en el nuevo territorio fue devastador. Los Pilgrims perdieron 46 de las 102 vidas que navegaron en el Mayflower. Pero la primera cosecha de 1621 fue generosa, por lo que los miembros restantes de la colonia decidieron celebrar con un gran banquete. Invitaron también a los 91 nativos del lugar, reconociendo que sin su ayuda no hubiesen logrado sobrevivir ese año.



Las festividades duraron tres días. Compartieron exquisiteces tales como patos y gansos salvajes, carne de venado, moras, pescado, maiz, calabazas y ciruelas. Pero no hubo ni pan ni productos lácteos; no tenían ganado doméstico y las raciones de harina se habían agotado tiempo atrás.



La tradición es que en el cuarto jueves del mes de noviembre de cada año, la familia se reúna y compartan un banquete de semejante magnitud. Es también la oportunidad para dar las gracias a quienes nos rodean y reconocer que su ayuda, su respaldo, su cariño, han sido en parte responsables de un año más de supervivencia.



Como vengo atrasada, mis gracias van a cubrir un período mayor, tengan paciencia...



Quiero agradecer a mi esposo y mejor amigo, Stephan, por ser el compañero ideal y un padre excepcional. Por aguantarme en las buenas y en las malas. Por darme dos hijos maravillosos y un hogar en el que nunca falta el amor o una palabra de aliento. ¡Gracias, Stephan, por los últimos 14 años de felicidad. ¡Te amo!



Quiero agradecer a mis hijos, Jonathan y Clarissa, por ser todo lo que una madre orgullosa puede esperar, y mucho más. Por colmar mis días con sus risas y travesuras. Por ser capaces de un amor sin límites y haberme dado la oportunidad de sentir el milagro de la vida desde mis propias entrañas. Se los digo constantemente, pero no me canso, ¡Los Amo!



Quiero agradecer a mis padres, por haber sido siempre justos. Por haber formado un familia, que de a ratos habrá tenido carencias materiales, pero a la que nunca le faltaron los lazos firmes que solo el tremendo amor y respeto de los unos por los otros puede lograr. Una familia a la que nunca cambiaría! A vos papá te agradezco, por haberme pasado los genes de humorista y bufona. A vos mamá, por mantener siempre la cordura y tu paciencia envidiable. No se los digo tan seguido como debiera, ¡No saben cuanto los amo!



Quiero agradecer a mi hermano, Gabriel, compañero de diabluras en la infancia, por tener el corazón más grande que una casa. Cuando hablo de "hermano" siempre a vos me refiero. Nos peleamos de chicos a lo loco, pero por suerte maduramos y recuperamos muchas cosas. Gracias por aguantar años de gastadas de hermana mayor. Gracias por tener el coraje de subir al auto conmigo para enseñarme a manejar... ¿Te lo dije alguna vez? ¡Te quiero un montonazo!
Gracias también por encontrar a Julia, la cuñada perfecta, con la que puedo charlar por horas sin cansarme. Gracias Julia por quererlo tanto a Gaby. Gracias a los dos por recibirmos en su casa, siempre, en forma incondicional y con los brazos abiertos. Y especialmente gracias, por haber cambiado sus planes a último momento y elegir Los Angeles como destino de su luna de miel, para compartir conmigo el nacimiento de Jonathan. ¡Los Adoro!



Quiero agradecer a mi otro hermano, Beto, por haberme regalado las mejores vacaciones de mi vida. Por ser como sos, desinteresado y lleno de cariño. Cuando éramos chicos nos separaban muchos años y ahora que los años no importan tanto, nos separa la distancia. Pero quiero que sepas que siempre me sentí y me siento, orgullosa de tus logros. Y no tenés idea de como lamento no haber podido acompañarte en tus momentos difíciles. ¡Nunca te olvides lo mucho que te quiero!



Quiero agradecer a mi hermana, Adriana, por haberme sido mi confidente cuando decidí dejar la casa de mis padres para ir a vivir sola. Como le dije a Beto, nos separaban entonces muchos años y nunca comprendí el peso que ponía sobre tus pequeños hombros. Quiero agradecer a Rubén por hacerte feliz, y a los dos por brindarme la oportunidad de ser tía con un sobrino tan preciado como Nacho. Quiero agradecer a Nacho por ser tan dulce y por la fortaleza que demuestra con tan pocos años. ¡Los quiero a los tres!



Quiero agradecer a Verito, por haber ingresado en mi vida blogueril y darme la oportunidad de conocer a la hermana que escondí tantos años con un recuerdo de niñez. Es que siempre te quise como a una hija, Vero. Para mí seguías siendo esa nena de ocho años, con el tapadito de lana rosado, que yo misma te tejí, despidiéndome en el aeropuerto. Gracias por demostrarme que ya sos una mujer. Gracias por estar acá, por acompañarme en las chifladuras y por ayudarme a encontrar un tiempo que ni sabía perdido. ¡Te quiero con locura, nena. Y no quiero perderte!



Quiero agradecer a Elina, Bucky, Gonzalo y Julita, por haber ofrecido su casa como lugar de reunión la última Navidad que pasé en Buenos Aires. Significó muchísimo para mí poder instalarme en la cocina y preparar el menú como si fuese mi casa. Gracias por permitirme agasajar a la familia de la misma manera que lo haría si pudiera traerlos a todos acá. Fue una ocasión inolvidable. Y no puedo dejar de agradecerte, Elina, el haberme mandado el link a la casa de Mirta. Gracias por ser parte de mi mundo. ¡Los quiero, chicos!



Quiero agradecer a Tia Dora, por haberme hospedado en su casa de Resistencia, el verano del año que nació Verito. Gracias por las charlas mientras tomábamos sol en la pileta del Club Regatas. Gracias por haberle dado a mamá un descanso, de mis caprichos de adolescente, en su último mes de embarazo. ¡Te quiero mucho, madrina!



Quiero agradecer, para finalizar, a todos los amigos, conocidos y lectores, por venir de visita desde tantos lugares del mundo y dejar muestras de su aprecio. Aunque muchos se quejen de que "bloguear a arruinado sus vidas", a mí me han pasado cosas buenas. Encontré personas con las que tengo mucho en común y con las que no nos hubieramos cruzado de otra manera, debido a la distancia física o en edad que nos separa.



Y sobre todo quiero agradecer de que rían de las historias absurdas que les cuento. Hoy hice una excepción, porque la fecha lo amerita. Pero el post que viene vuelvo a la normalidad. Y como ya saben, la falta de seriedad es lo que me caracteriza.