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martes, enero 04, 2005

Encuentros Cercanos del Cuarto Tipo

Steven Spielberg nos hizo conocer hace un tiempo los del tercer tipo y desconozco cuales serán los del primero y el segundo. De una cosa sí estoy segura, y es que desde el auge de la internet, son cada vez más comunes otro tipo de encuentros, los del cuarto.


En principio, se efectúan los Encuentros Lejanos. Irónicamente lejanos a pesar de no movernos del teclado. Oportunamente cuartos. Somos capaces de alcanzar al instante distancias abismales, comunicándonos con seres parecidos o totalmente dispares. Seres que no tendríamos la oportunidad más remota de conocer si no fuera por esta tecnología. De la aparente frialdad de esta pantalla surge, con gran intensidad, una gama muy amplia de emociones. Tan pronto nos vemos apoyándonos unos a los otros en nuestros tropiezos y logros individuales, compartiendo historias, risas, juegos o notas amargas, como opinando fanáticamente y discutiendo nuestro punto de vista a muerte. Ni más ni menos lo que haríamos frente a frente, pero más cómodos.


Una vez pasada la etapa de afianzamiento, empezamos a barajar lugares geográficos, fechas, afinidades y curiosidad. Y es así como nos animamos al "Encuentro Cercano del Cuarto Tipo" (en otros lados han sido también llamados meet-ups). A veces es posible de inmediato. Otras veces, seguimos quedando con las ganas pero con la esperanza de una posibilidad no tan remota.


En este tiempo que se me dió por desparramar mis cosas por aquí, he tenido montones de "Encuentros del Cuarto Tipo" hermosos, de los que he salido enriquecida. Encuentros que son ya parte de mis días. De los que me nutro y hacen mi rutina más agradable.


Hay un encuentro que vale destacar, el "Cercano" que tuvimos con Virginia (y las familias de ambas) el pasado 26 de diciembre. Lo de cercano es relativo. Llegar a Las Vegas, Nevada, nos llevó 5 horas desde mi lugar en California. A Vir, 2 horas desde Utah.







¡Qué encuentro! Pasados los momentos de introducción, ya sentíamos el habernos conocido toda la vida. Las coincidencias fueron tantas, que hasta nuestras hijas estaban vestidas iguales.





Fué un día sensacional e inolvidable. Llevamos a los chicos a jugar al bowling; almorzamos: recorrimos galerías; nos sentamos a tomar un cafecito; vimos un show de contorcionismo espectacular; y hasta nos mostraron, delicadamente, la salida en "Victoria´s Secret". Por ser las únicas salames que se probaban, sin ninguna delicadeza, unos corpiños ENORMES en la cabeza... Terminamos ya de noche, todavía charlando, sentados en la habitación del hotel, mientras las nenas jugaban con barbies y Jonathan con su coche a control remoto.



Gracias, Vir. Fue un encuentro memorable y espero con ansias que se repita.





A todos ustedes también ¡espero conocerlos algún día!